Hace 40 años mataron a Martin Luther King, lo mataron por querer un mundo más justo, lo mataron por pensar y decir cosas como esta:
Yo tengo un sueño que un día incluso el estado de Mississippi, un estado desierto, sofocado por el calor de la injusticia y la opresión, será transformado en un oasis de libertad y justicia.
Yo tengo un sueño que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter.
¡Yo tengo un sueño hoy!
A Luther King y a muchos otros los mataron personas que no quieren que cambien las cosas, que prefieren las mismas miserias mal repartidas.
Cuarenta años después en Pamplona tenemos que aguantar a un arzobispo con nostalgia de la dictadura diciendo estupideces, y no queriendo que nada cambie.
Salud